miércoles, julio 22

LINAJES: ACHERI


Los mitos de la India afirman que los acheri moran en las cimas de las montañas y que si no son aplacados, pueden generar epidemias. En otras zonas reciben nombres distintos: son los aerika en Grecia, los Ma-mo en el Tíbet, los Iamatsu de la Antigua Babilonia y los machaquera de la Amazonia brasileña. Estas criaturas han sido temidas a lo largo de toda la historia por su condición de retorcidas portadoras de enfermedades y corrupción, tanto físicas como espirituales. Los acheri afirman que se trata de prejuicios difamatorios, ya que aunque no niegan este papel en el mundo, realzan su importancia como mantenedores del orden natural. La enfermedad forma parte del equilibrio, ya que se trata de un método para eliminar los árboles muertos, y los acheri son unos simples funcionarios. La poda de los árboles hace que las nuevas ramas emerjan con más fuerza. De igual forma, cuando se les pregunta sobre sus motivaciones para extender la corrupción, afirman que la tentación es necesaria para resaltar la pureza. A pesar de sus justificaciones, la mayoría de estos Moradores desprecian cualquier forma de vida distinta a la suya, aunque existen ciertas excepciones a esta regla. Los miembros de este adhene ven a los acheri que no incrementan el dolor del mundo como unos traidores a la causa, aunque suelen ser castigados verbalmente. Después de todo esos "viles" sentimientos humanitarios representan otra clase de corrupción.
Los acheri comparten con los redcaps el honor de ser las hadas más odiadas tanto en el mundo diurno como en el Ensueño. Estos adhene nómadas han seguido las migraciones de la humanidad desde el inicio de sus días, por lo que tienen más conocimientos de los humanos y sus debilidades que el resto de Moradores. Hollaron la Tierra por primera vez en una época en la que las enfermedades no se asociaban a los virus y las bacterias, sino a las maldiciones y a los espíritus malvados. Pero los tiempos han cambiado, y los acheri con ellos. Incluso durante el Miririm, mantuvieron vigilada a la humanidad, dejando que su corrupción dejara marca en el progreso humano siempre que fuera posible. De hecho, hay casi tantos acheri entre los Evanescentes como aónidas, aunque estas últimas son mejor recibidas por la Estirpe. Aquellas hadas que dedican su existencia a preservar la vida ven a los acheri como abominaciones, por lo que muchos de ellas han intentado eliminar a los que permanecieron con vida tras el Tessarakonta. Tras su destierro, algunos acheri han continuado ejerciendo su papel en el orden cósmico, aunque otros se han dedicado a perseguir sus propios objetivos. Unos pocos han canalizado sus esfuerzos a eliminar a los seres perversos del mundo a pesar de las burlas de los miembros de su propia raza. Debido a su papel como espíritus de corrupción, son especialmente sensibles a las tentaciones.

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