martes, junio 16

GENTE DE OTOÑO: LA BIBLIOTECARIA RESTRICTIVA


"La información quiere ser archivada como correspond. Si me devuelves tarde un libro no puedo archivarlo como corresponde, y la multa es de diez centavos por día."
Dentro del sistema educativo, muchos seguidores del Otoño se han atrincherado en el empeño de capturar a los niños y los infantiles imaginativos. Uno de los estereotipos más cormunes es la Bibliotecaria Restrictiva. Aunque su principal actividad consiste en poteger su dominio, es como una Venus Cazamozcas, construyendo una exótica trampa para atrapar a los incautos y enseñarles los “valores adecuados”.
La Bibliotecaria Restrictiva fomenta estereotipos establecidos. La biblioteca debe permanecer en un silencio sepulcral, de manera que las risitas de los infantiles se oirán por toda la sala. Su campo de merodeo se convierte en un ambiente malhumorado y hostil. Asegurándose de que nadie busque imaginativos libros para niños o esclarecedores cuentos de hadas, que serán escondidos. Los pobres niños atraídos son aleccionados en una imagen falsa de lo que las bibliotecas han de ser.
Hábitat: no la encontraras en cualquier biblioteca. Están en bibliotecas donde todo esta organizado y archivado de acuerdo con sus normas. Es así para desanimar a cualquiera que desee encontrar los libros apropiados sin ayuda. Las estanterías estarán llenas de libros políticamente correctos y de mínimo interés, pero también libres de ideas peligrosas que alguien podría encontrar inofensivas para misteriosas terceras personas (que al parecer están demasiado asustadas para dar su opinión).
Identificación: Muchas de las marcas identificadoras de la Bibliotecaria Restrictiva se pueden encontrar en su hábitat. Las hembras de la especie adoptarán los muy tradicionales elementos de vestuario de los Durmientes Profundos, incluyendo el poliéster, zapatos para pies delicados, gafas de concha empotradas y vestidos holgados. De todas formas, últimamente, muchos atesoradores de libros han tomado el disfraz del normal y eficiente bibliotecario para desacreditar a la profesión por entero.

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